4 de noviembre de 2010

Hiperrealidad y metarrealidad

La diversidad en las posibilidades actuales de manipulación de la imagen nos obliga a reconsiderar las relaciones entre verdad y mentira, existencia y ficción, falsedad y autenticidad, realidad e hiperrealidad. Ya no basta, como decía Santo Tomás, “ver para creer”. La ficción, por ejemplo, es real pero no existente. Es un mecanismo icónico que muestra la realidad por un rodeo.

Umberto Eco (1973) propone el concepto de “hiperrealidad” para referirse a las construcciones que pretenden ir más allá de lo real por el simulacro. 

Las Vegas es un espacio hiperreal que imita los grandes monumentos del mundo.




El término de “metarrealidad” se usa para distinguir los casos de imágenes que pretenden mostrar una realidad por un mecanismo icónico ocultando otra, y que al mismo tiempo la realidad se muestra en lo que se oculta por un mecanismo indicial involuntario.



En contraste a la hiperrealidad como ocultación de la ausencia de realidad, las imágenes metarreales inyectan realidad a la ficción desde afuera, delatan lo real en lo irreal.

Las fotografías borradas de los camaradas de Stalin pretenden ocultar la existencia de estas personas y su proximidad a Stalin. Y sin embargo, resultan involuntariamente icónicas a la vez que indiciales de la situación de desapariciones en el círculo alrededor del dictador soviético. Al mentir, las fotografías dicen paradójicamente la verdad de lo que ahí ocurría, pues efectivamente la desaparición fotográfica era indicial de la desaparición real de esas personas del círculo stalinista.

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